Estando una noche cenando en casa con amigos, me sentía algo cansada, atravesaba una época emocionalmente compleja, así que le pregunté a una de mis amigas, nutricionista de profesión, que complemento vitamínico me recomendaba para conseguir reponerme un poco de ese agotamiento generalizado que tenía. Su respuesta no la olvidaré nunca: Vitaminas A, B y C (Abrazos, Besos y Caricias), así que no tienes excusa para no tomarlas: no caducan, son gratuitas y muy fáciles de administrar. Aquel simple comentario de empatía y complicidad hizo que me sintiese mucho mejor, y fue un aprendizaje tan directo e instructivo que cada vez que tengo la oportunidad de transmitírselo a otra persona, lo hago, con la intención de que no se pierda esta cadena de amor y fraternidad de la que tan necesitados estamos individual y socialmente.
El abrazo es una de las principales demostraciones de afecto que podemos dar. Tiene varios significados: amistad, cariño, dedicación o gratitud. Por lo que ejerce una clara influencia positiva tanto para la persona que lo recibe como para la que lo da, convirtiéndose de este modo en una forma de comunicación ideal para relacionarse con los demás. Cuando no sabemos como expresar con palabras una situación óptima, un abrazo siempre será una buena opción.
Todos los seres humanos necesitamos del contacto físico para sobrevivir y desarrollarnos. Basta con observar la serenidad que siente un bebé al ser abrazado.
“El contacto físico no es sólo algo agradable, sino también necesario para nuestro bienestar psicológico, emocional y corporal, y acrecienta la alegría y la salud del individuo y de la sociedad. El abrazo es una forma muy especial de tocar, que hace que uno se acepte mejor a sí mismo y se sienta mejor aceptado por los demás” (Dra. Kathleen Keating, propulsora de la Abrazoterapia o Terapia del Abrazo).
Un abrazo nos ofrece:
- Protección: Necesitamos sentirnos protegidos para poder desarrollarnos, es algo que saben bien los niños y los adultos, ambos colectivos que necesitan mucho el amor de quienes les rodean. El permitirse caer sabiendo que contamos con apoyo, es el mejor motor de impulso para volver a levantarse con mayor fuerza.
- Seguridad: Todos necesitamos sentirnos seguros, lo vimos cuando hablábamos de la zona de confort. Precisamos de una referencia de la que partir, que nos ayude a identificarnos y saber hacia donde queremos ir. Por tanto, ayuda al establecimiento e identificación de límites.
- Confianza y Autovaloración: La confianza es algo básico cuando de lo que se trata es de vencer miedos y limitaciones, consiguiendo de este modo avanzar. El tener una imagen de si mismo saneada emocionalmente, facilita el camino del aprendizaje y crecimiento personal.
- Fortaleza: La fuerza es una cuestión de energética. Cuando transmitimos nuestra energía positiva a través del abrazo, se establece una conexión que hace que la energía propia y la del otro se multipliquen, viéndose beneficiados ambos.
- Salud: El contacto físico que se produce al abrazar imparte una energía vital capaz de aliviar dolencias menores e incluso sanar. Un ejemplo claro del trabajo energético lo encontramos en el reiki.
Pero pretendo ir algo más allá al afirmar que no sólo se puede abrazar cuerpo a cuerpo, sino que hay otras maneras alternativas que podemos calificarlas también de abrazo, por el efecto similar, al mismo, que producen en nosotros y en los demás. Es lo que yo llamo Las caricias al alma.
¿Qué beneficios nos reporta?
- Reduce la presión arterial, los dolores menstruales o los de cabeza.
- Alivia la ansiedad, la depresión y el estrés.
- Favorece la calma, al verse reducidos los nervios.
- Nos hace sentir menos solos.
- Ayuda a combatir el insomnio, al liberase con ellos las hormonas de la serotonina y la dopamina que producen un efecto sedante.
- Afronta miedos.
- Comunica emociones y sentimientos.
- Fortalece la autoestima.
- Retarda el envejecimiento.
- Potencia las ganas de vivir, tras la liberación de la hormona de la oxitocina, también denominada la hormona del apego.
- Ayuda a dominar el apetito, al eliminar la sensación de vacío.
- Mejora el sistema inmunológico.
- Facilitan el entrenamiento en la empatía.
- Favorecen a los desbloqueos físicos y emocionales.
- Despiertan la creatividad.
- Estimulan la gratitud
- Potencia el optimismo y el buen humor.
¿No te están entrando unas ganas inmensas de abrazar?
CIARA MOLINA