Si pelean más, se aman más.
Sí, esas discusiones que has tenido con tu pareja, no son para nada razón por las que preocuparse. Aunque probablemente, ya lo sabías. Porque no cambian nada de lo que tú
sientes, y crees que realmente refuerzan su relación. Y es cierto.
Primero, no estamos hablando sobre pelear tirándose platos y cosas por sobre la cabeza, ni con gritos desesperados. No, sino de discusiones cotidianas, en las cuales se enfrentan ustedes y sus opiniones y a veces pueden resultar más o menos acaloradas. Al discutir están tomando una postura y decidiendo no ser condescendientes con el otro, están parándose en la otra esquina y empezando un nuevo round, aunque pueda ser uno bastante tranquilo.
Las relaciones se fortalecen con esto, realmente. Ninguna historia de amor se escribe solo con altos, también debe tener bajos. Y algunos de esos son pequeños encuentros cotidianos en los que intentan defender lo que piensan, pero siempre con respeto. Si se pasa esa línea, entonces algo anda mal. Solo significa que piensan distinto y miran las cosas con otra perspectiva en algunos asuntos, y eso es totalmente normal.
Si son capaces de discutir, habla de lo apasionados que son. Y que no se quedarán callados solo por agradarle al otro, o no querer crear algún conflicto, por más trivial y pequeño que sea. Porque hay quienes prefieren que todo sea así: prefieren aguas calmas, pensando que cualquier discusión es tempestad, y puede que solo sean unas pequeñas gotas de lluvia.
Además, al discutir y enfrentarse verbalmente, cada uno con sus argumentos y mirada, se nutren entre ustedes. Amplían el punto de vista del otro, aunque no tome la opinión, la está escuchando. Y esto implica mucha confianza, al menos la suficiente para sentirte libre de decir lo que piensas sin temor, ser totalmente sinceros, y estar cómodos con eso. Saber que una discusión no implica el fin del mundo y, menos, de su relación.
Ninguno de los dos se rinde fácilmente a la hora de decir lo que piensa, y eso asegura que tampoco se darán por vencidos de inmediato con la relación. Y por más acalorado que todo se ponga, mantienen un límite de respeto. Al final, poder expresarse tal cual es algo que no puede compararse con nada, y resulta que pueden compartir y tener una relación mucho más tranquila, y por supuesto, más feliz.
No es fácil sentirse pleno, y el discutir no es al única pieza para su compromiso. Pero está dentro del primer pilar de toda relación: que es la comunicación. De este modo, pueden relajarse, confiar en el otro, y vivir su relación de la manera más sana y alegre que puedan. Sin preocuparse de que no tienen cómo decir lo que piensan. Y si eso implica una pequeña discusión, que así sea: lograrán sobrevivirla.
Ahora, si se vuelve algo de todos los días y con menos perspectiva, debes poner atención a lo que se dicen. No ignores las señales que les dan sus propios actos.
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