Una vez, cuando tenía cinco años, fui a un parque local con mi mamá. Mientras jugaba en el arenero, vi a un niño de mi edad en silla de ruedas. Me acerqué a él y le pregunté si podía jugar. Ya que tenía sólo cinco años, no entendía por qué el niño no entraba en el arenero y jugaba conmigo. Me tomé mi cubeta, recogí toda la arena que pude y la puse en sus piernas. Después agarré unos juguetes y también los puse en sus piernas.
Mi mamá corrió hacia mí y dijo: “¿Lucas, por qué hiciste eso?”
La miré y le dije: ” Él no podía jugar en el arenero conmigo, así que le traje arena. Ahora podemos jugar juntos en la arena”.
Lucas Parker
Vía Renuevo de Plenitud