“El optimismo soluciona
la mitad de cada problema”
(Jorge González Moore)
Cuando estás pasando un mal momento, lo peor que te pueden decir y que incluso, te sienta no solamente mal sino lo siguiente son frases del tipo: ¡Sé positivo!, ¡tómate las cosas de otra manera!, ¡yo también he tenido malos momentos!… Encendiéndose muchas veces como un pilotito automático dentro de ti que dice: ¿Tú me vas a dar consejos?, ¡me gustaría verte a ti que te ahogas en un vaso de agua, en mi lugar!
Hay situaciones que nos superan, que llegan de una forma inesperada, o que esperábamos pero con cierta incredulidad, como aquel cuento en el anuncian que viene el lobo, que viene el lobo, pero que creíamos que al final nunca venía, y era tan sólo para asustarnos; hasta que un buen día el lobo viene para instalarse de verdad, al menos por un tiempo.
Hay momentos en los que estás tan enrabietado contigo mismo, con el mundo, con las respuestas de los demás, que ser positivos es realmente difícil…
Son momentos en los que no vemos la luz y lo que menos queremos son palabras vacías o consejos inútiles que siempre suenan a lo mismo… a las típicas palabras de consolación que no se las cree ni el que las está diciendo…
Pero cuando no estamos en esos momentos es quizás cuando deberíamos hacer el trabajo, los deberes con nosotros mismos y aprender a ser más positivos, sin agobiarnos, poquito a poco.
Un trabajo interior que nos ayude para cuando llegue el momento en el que en realidad lo necesitemos, como el zapatero que refuerza tus zapatos cuando tienes pensado hacer una larga caminata.
Ese trabajo interior, estará ahí, para cuando llegue el momento, nos ayudará a amortiguar el golpe, igual que los zapatos que preparamos para el largo camino, que no son infalibles pero ayudan.
Por lo tanto, como todo depende de nosotros, decidamos ser positivos.
¿Qué nos puede ayudar a ser más positivos?
1. “Mal de muchos, consuelo de tontos”. Una muy buena frase, excepto por aquello de “consuelo de tontos”; la vida está llena de sinsabores para todo el mundo y si dejas de mirarte a ti mismo y das una vuelta a tu alrededor, verás que la vida de todo el mundo está llena de cosas buenas y cosas no tan buenas. No eres el único al que le llegan malos momentos.
2. Todo tiene arreglo. Parece una tontería, pero repetirnos mentalmente esta frase cuando estamos angustiados y pensar que todo cambiará, que la situación es pasajera, puede aliviarnos mucho. Aunque claro está que tenemos que poner en marcha estrategias para ello, pues las cosas solas no se modifican.
3. Rodéate de gente positiva. Hay personas que tienen un “feeling” especial para nosotros y que tienen la habilidad de sanar nuestras heridas con un abrazo sincero, unas dulces palabras y ese encanto especial que no todo el mundo tiene. Desahógatecon ellos, cuéntales lo que te pasa, sincérate. Seguro que te sentirás mucho más aliviado.
4. Busca tu propio refugio de paz. Cada uno de nosotros tiene su propio refugio de paz, tan solo hay que salir a buscarlo. Hay quienes encuentran un profundo consuelo expresando su tristeza a través del baile, de la música o de la escritura, otros prefieren una escapada al aire libre como el campo o la montaña… la cuestión es encontrar el sitio donde la calma y la tranquilidad sean tus compañeras.
Evidentemente hay situaciones extremas por las que tampoco todo el mundo pasa y en la que seguramente todos necesitaríamos la ayuda de profesionales; pero ante las adversidades del día a día, que a veces incluso parecen que tienen interés en venir todas juntas, yo decido ser positivo.
“El optimismo -al igual que la esperanza- significa tener una fuerte expectativa de que, en general, las cosas irán bien a pesar de los contratiempos y de las frustraciones. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades. Y al igual que ocurre con su prima hermana, la esperanza, el optimismo -siempre y cuando se trate de un optimismo realista (porque el optimismo ingenuo puede llegar a ser desastroso) – tiene sus beneficios.”
(Daniel Goleman)