Los dolores de cabeza o cefaleas, que ocasionalmente nos aquejan a todos, pueden tener diversas causas, como, por ejemplo, un cambio climático brusco, una indigestión, una muela cariada, un resfriado, un consumo excesivo de alcohol o nicotina, o una circulación sanguínea defectuosa.
Cualquiera que sea el tipo de cefalea que padezcamos, el auto-tratamiento por medio de la acudigitopuntura permite eliminar el dolor o, por lo menos, aliviarlo. Existe un extenso número de puntos a través de los cuales puede influirse mediante presión o masaje en el caso de cefaleas.
El método más sencillo es el de la presión locus dolendi, es decir, la presión sobre el lugar del dolor. Veamos un ejemplo: si el dolor lo notamos únicamente en la frente por encima del ojo derecho, éste es el locus dolendi. A menudo es suficiente con presionar la yema del dedo con fuerza contra este punto. Sin embargo, para ello hay que tener en cuenta ciertas reglas. En primer lugar, mediante palpaciones habrá que determinar dónde se encuentra el punto más sensible a la presión. Allí es donde deberá aplicarse el masaje o la presión, la cual se hará con la máxima energía.
En la mayoría de los casos la respuesta inmediata es un aumento del dolor, signo inequívoco de que hemos dado con el punto buscado.
Los puntos locus dolendi también reciben en digitopuntura la denominación de puntos personales, es decir, puntos situados fuera de los meridianos. Ello se debe al hecho de que, por lo general, tales puntos no están ubicados en ninguno de los meridianos en los cuales se basa tanto la acupuntura como la digitopuntura. Estos puntos ocupan en cada individuo un lugar diferente.
Los siguientes puntos capaces de aliviar las cefaleas son desconocidos por la acupuntura china. Se encuentran en el lóbulo de la oreja.
A este respecto es preciso señalar que, aparte de la acupuntura china del cuerpo, existe también la acupuntura de la oreja. Los orígenes de ésta todavía no han podido ser del todo esclarecidos, aunque se supone que fue descubierta por tribus árabes e hindúes. Como nos muestran antiguos documentos gráficos, durante la Edad Media ya era conocida también en Europa.
En el caso de la acupuntura y la digitopuntura de la oreja, es preciso imaginarse todo el cuerpo humano colocado en las formas de la oreja, exactamente en la posición adoptada por el feto en el seno materno: con la cabeza hacia abajo y con las piernas dobladas arriba.
Basta con que nos imaginemos esta postura para comprender el principio de la digitopuntura de la oreja. Así nos explicaremos que en la parte inferior de la oreja, en el lóbulo, esté ubicado todo lo que se relaciona con lo que acontece en la cabeza. Y en el borde superior de la oreja están los puntos correspondientes a lo que sucede en las piernas y los pies.
La digitopuntura de la oreja contra las cefaleas se realiza comprimiendo al mismo tiempo ambos lóbulos entre el pulgar y el índice. También en los lóbulos suelen existir puntos especialmente sensibles a la presión. Éstos son los que deben presionarse con la máxima energía en caso de cefaleas, aunque al principio esta presión sea causa de dolores adicionales.
Muchas personas notarán, al palpar los lóbulos, la existencia de unas pequeñas bolitas bajo la piel, que pueden llegar a ser más diminutas que cabezas de alfiler. Se trata de las llamadas gelosas, las cuales aparecen en especial cuando las cefaleas ya son crónicas. Los digitopuntores experimentados recomiendan que, en tales casos, no se ejerza demasiada presión en el masaje del lóbulo, aunque por otra parte señalan la necesidad de un tratamiento regular, de tres a cuatro minutos, por la mañana, al mediodía y por la noche.
Con el correr del tiempo estas gelosas acaban disolviéndose, y entonces también desaparecerán los dolores de cabeza.
Otro punto importante contra las cefaleas se encuentra en el dorso de la mano. Ya que éste no resulta fácil de descubrir, se recomienda proceder de la siguiente forma:
Coloqúese el pulgar de la mano derecha entre los nudillos de los dedos meñique y anular de la mano izquierda. Subiendo por el dorso de la mano, y aproximadamente allí donde se suele llevar el reloj de pulsera, el pulgar se desliza en una especie de hueco.
Si ejercemos presión en dicho hueco, encontraremos un punto sensible. Lo mismo sucede con la mano derecha. Ambos puntos son especialmente indicados en la digitopuntura cuando los dolores de cabeza son consecuencia de un estrechamiento de los vasos sanguíneos de la cabeza. Actuando sobre el dorso de la mano derecha se ejercerá influencia sobre el hemisferio izquierdo de la cabeza, y desde el dorso de la mano izquierda sobre el hemisferio derecho.
Los dos puntos siguientes están en la otra cara del antebrazo. Donde termina la mano y arranca el brazo existe un surco, el surco de la muñeca. Si a partir de allí, en el centro del brazo, subimos el ancho de tres dedos, encontraremos un punto que reacciona con dolor ante cualquier presión.
Su tratamiento está indicado cuando los dolores que nos aquejan son debidos a migraña. Si la migraña está centrada en la parte izquierda de la cabeza, deberá tratarse el brazo derecho, y si el dolor lo tenemos en la parte derecha, aplicaremos el tratamiento al brazo izquierdo.
No se precipite en la búsqueda de los puntos requeridos para la digitopuntura, y no abandone la búsqueda si no los encuentra al primer intento. Con un poco de paciencia siempre acabará hallándolos; sólo es preciso ir palpando hasta que note de repente un verdadero dolor. Allí está el punto buscado.