Rjukan, es un pueblito que queda al sur de Noruega en medio de un valle. Se encuentra rodeado de montañas por lo que durante seis meses el pueblo no recibe luz solar durante el día. Por 100 años este pueblo desde septiembre a marzo se mantuvo bajo las sombras pero ahora gracias a unos gigantescos espejos han podido disfrutar del sol todo el año.
En 1913, Sam Eyde, el fundador del pueblo, tenía la idea de crear un espejos que reflejaran el sol sin embargo su proyecto recién se materializó un siglo después. En 1928 se creó un teleférico llamado Krossobanen, que llevaba a las personas a la cima de las montañas donde podían tomar el sol durante estos seis meses de oscuridad. Este sigue funcionando sin embargo desde el año 2013 ya no lo necesitan tanto.
Martin Andersen, un residente de Rjukan y artista, se inspiró en 2005 del proyecto de Eyde y decidió impulsarlo para darle luz a su pueblo. El Soslpeil, como llamaron al proyecto, se compone de 3 espejos helióstatos; esto quiere decir que se mueven y giran sobre un determinado eje. Están fabricados para capturar la luz solar directa. Debido a su sistema de seguimiento se orientan siempre dependiendo de la altura del sol y la reflejan hasta la plaza central. El invento está situado a unos 450 metros sobre el nivel del pueblo, en una ladera cercana.
Para la mayoría de los habitantes de Rjukan este invento fue una gran mejora en sus vidas pues les permite quedarse en la plaza y socializarse con sus vecinos bajo la luz que les concede el sol, en cambio antes durante los 6 meses tenían una vida muy monótona. La obra además es muy amigable con la naturaleza pues los espejos no producen ningún tipo de residuo y obtienen su energía precisamente del sol, que se encargan de reflejar. Disponen de una placas solares que se encargan de almacenar toda la energía acumulada a lo largo del día.
El proyecto costó aproximadamente 840 mil dólares y por eso alrededor de 1200 de los 6000 residentes del pueblo firmaron una petición en contra de que el proyecto se lleve a cabo. Como fueron minoría este siguió adelante. Seguramente muchos de ellos ahora se deben arrepentir, no solo por la luz del sol que reciben, sino porque en 2015 la UNESCO nombró a Rjukan patrimonio de la humanidad y desde la creación de los espejos han recibido muchos más turistas que antes. Es tal el éxito que ha tenido el pueblo que están planeando remodelar la plaza central.
Si te interesa saber más acerca de los espejos de Martin Andersen y de Rjukan puedes ver este video donde el artista habla acerca del proyecto y cómo lo llevaron a cabo:
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