En la capa externa de la piel se forma un núcleo ceroso y duro, que penetra hasta los nervios o tejidos subyacentes, que al presionar causa mucho dolor. Son de color amarillento y se enrojecen al inflamarse o irritarse.
Se origina también por presión o fricción del pie, que puede ser por uso de calcetines y zapatos incorrectos, o también al participar en actividades deportivas, laborales o artísticas en donde se ejerce presión constante en el pie.
Como prevenirlos:
• No usar calcetas rugosas o gruesas.
• No caminar descalzo.
• Usar zapatos cómodos.
• Cambiar todos los días medias, calcetines y rotar el calzado.
• Mantener pies secos y limpios.
• No usar tijeras o navajas para quitar callos.
• Hacer masajes en los pies todos los días.
• No compartir zapatos.
• Examinar con frecuencia los pies.
• Limar las partes ásperas de la planta del pie y los talones, con piedra pómez, haciéndolo con suavidad y cuidado.
Remedios caseros:
1. Cuchara caliente: Poner una cuchara caliente encima de la protuberancia por varios días.
2. Itamo real: Poner el jugo lechoso de esta planta, en el ojo de pescado por varios días, demora un poco pero es efectivo.
3. Cebolla: Picar una cebolla blanca en pedazos pequeños y ponerla en porciones en un recipiente de cristal con vinagre, luego macerarla y echarla en un recipiente bien cerrado, dejar reposar 15 días, luego aplicar en el ojo de pescado con un algodón.
4. Agua tibia: Aplicar agua tibia y sales de Epson para suavizar los ojos de pescado, luego poner una mascarilla humectante.
5. Vinagre y cáscara de limón: Dejar en remojo durante tres días, cáscara de limón en vinagre, luego aplicar la cáscara en la zona afectada por las mañanas, tarde y noche.
