Estas rabietas y enojos pueden llegar a causar que los padres también se enojen mientras sucede el episodio por lo que puede hacer que de los nervios usted también grite intentando detener la rabieta de su hijo, sin embargo haciendo esto lo más probable es que el episodio de rabia se prolongue.
Las rabietas pueden ir desde un simple lloriqueo a gritos, lloros e incluso pueden ser episodios violentos con los objetos o con las personas.
Estas rabietas son normales en el ciclo de crecimiento del niño y pueden indicar cansancio, hambre o irritabilidad por lo conseguir lo que desean.
Si su hijo está en esa fase de crecimiento, le explicamos que es lo mejor que puede hacer para lidiar con las rabietas.
- Causa.
Lo primero que se debe hacer es saber cuál es la causa de su frustración.
- Mantener la calma.
Como se ha mencionado anteriormente, una rabieta de su hijo puede hacerle perder los nervios, pero es muy importante mantener la calma para no empeorar la situación.
- Espacio.
Mantener un poco de espacio entre usted y su hijo es una buena manera de que él pueda recuperar el control y se relaje. Al darle un poco de espacio, se debe tener cuidado de que no haya ningún objeto con el que su hijo pueda dañarse.
- Distracciones.
Hacerle muecas a su hijo o intentar realizar alguna actividad que le guste mucho durante un episodio de una rabieta, muchas veces funciona.
- Incentivos por buen comportamiento.
En algunos casos puede negociar un poco con su hijo prometiéndole algo que le guste, como un chocolate o golosina, por no tener ninguna rabieta.
Aunque, como se ha mencionado las rabietas son normales en los niños, en algunas ocasiones se debe consultar con el pediatra en caso de no poder manejar la situación como en casos en los que el niño se lastime a sí mismo o a los demás, si sufre desmayos durante las rabietas o se produce una situación anormal.
A medida que el niño crezca irá manejando mejor las cosas y situaciones por lo que la frustración irá desapareciendo y por tanto las rabietas.