11 Formas en que Arruinas tu Metabolismo sin saberlo

El metabolismo es el proceso mediante el cual tu cuerpo convierte lo que comes en energía. No sólo para poder moverte, sino también para que todos los órganos puedan funcionar correctamente.









Por eso, el metabolismo siempre está funcionando, incluso cuando duermes. Sin embargo, hay factores que lo alteran.

¿Por qué se dice, por ejemplo, que no dormir afecta el metabolismo? Porque el cuerpo se pone en estado de alerta, y trata de ahorrar energía para momentos difíciles. Entonces, lo que comes, en vez de convertirse en energía, se acumula en forma de grasa.


Aunque ese es el ejemplo más común, hay muchas cosas que pueden afectar tu metabolismo, haciéndolo más lento y por ende, acumulando mayores cantidades de grasa. ¡Conoce 12 de ellos!


1. No tomar las cantidades suficientes de agua

Como ya sabrás el cuerpo humano está compuesto por un 70% de agua, y por eso la hidratación es fundamental para mantenerlo andando.








Los especialistas recomiendan tomar al menos 2 litros de agua por día. SI no bebes suficiente, tu metabolismo quemará hasta 98% menos de calorías. Además, harás daño a tu salud.

2. Eres desorganizado para comer

Aunque tu cabeza sea un desorden, tu cuerpo sigue una organización. Por eso, sabe cuándo es el momento de recibir comida y se prepara para trabajar.

Si en el momento que deberías comer no lo haces, tu cuerpo lo toma como una señal de alarma. Baja el metabolismo para prepararse en caso de que la comida esté faltando.

Si quieres que tu metabolismo funcione correctamente, debes comer cada 3 o 4 horas, en pequeñas dosis que le den motivo a tu cuerpo de empezar a trabajar generando energía.


3. No haces actividad física








No es novedad: la actividad física ayuda a activar el metabolismo. Como necesitamos mucha energía, trabajará más. Idealmente, sigue una rutina, y no lo hagas de manera aleatoria.


4. No consumes buenos tentempiés

Si entre una comida y otra tomas un tentempié, estás haciendo lo correcto: comiendo en pequeñas dosis cada 3 o 4 horas para activar el metabolismo. Pero si comes alimentos ricos en grasa, el metabolismo no llegará a quemar todo lo que has ingerido, y terminarás no consiguiendo resultados.

Prueba usar tentempiés como un puñado de nueces u otras semillas y notarás la diferencia.

5. Duermes de día

El sol matutino regula nuestro ritmo cardíaco, y en general, las funciones del cuerpo. Además, el contacto con la luz solar aumenta la producción de vitamina D, que da inicio al metabolismo.

Trata de no escapar de un poco de luz a la mañana, aunque te guste dormir… ¡Trata de hacerlo de noche!

6. Abusas de la calefacción

Claro que en invierno todos queremos estar abrigados y calientes. Pero el metabolismo funciona mejor en el frío. La explicación es sencilla: mantener el cuerpo en una temperatura saludable consume mucha energía.

Esto no quiere decir que tengamos que vivir a temperaturas bajo cero. Se trata de crear una atmósfera fresca, especialmente en el momento de dormir.


7. No consumes suficiente hierro

Como el hierro transporta oxígeno a nuestros músculos, su falta reduce la producción de energía.

Debes consumir alimentos ricos en hierro, como frijoles y verduras verdes.

8. Vives estresado

Sí, el estrés también afecta al metabolismo. Las personas que viven estresadas queman 100 calorías menos que aquellos que se toman la vida con más calma.

Así que ya sabes, relajarte no sólo te hará sentir mejor mentalmente, también te ayudará a bajar de peso.

9. Consumes productos inorgánicos

Los productos inorgánicos contienen pesticidas que pueden afectar a todas las funciones de nuestro cuerpo, incluido el metabolismo.

En lo posible, elige siempre frutas y verduras orgánicas.


10. Te falta calcio

El calcio es fundamental para la regulación de metabolismo porque ayuda a muchas células a trabajar más rápido. Principalmente se encuentra en los lácteos, así que consumir ese tipo de alimentos te ayudará a mantener el metabolismo activo.

Si eres intolerante a la lactosa, puedes reemplazar con otros alimentos, como la espinaca, la soja, o las frutas secas.

11. No consumes almidón

Algunas dietas contemplan niveles demasiado bajos o nulos de almidón. Si bien es importante no consumirlo en exceso, el almidón es necesario para renovar energías, especialmente cuando hacemos ejercicio.

Debes aprender a comerlo en su medida justa.

12. Te falta yodo

La sal de mar es una alternativa buena y popular a la sal yodada común. Pero el yodo es perjudicial para nuestro organismo, porque activa la glándula tiroides, centro del metabolismo.

Si no quieres regresar la sal yodada a la mesa, podrías reemplazarla con productos marinos como el pescado y los mariscos, o con huevo, que son buenas fuentes de yodo.

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