Un padre llamado, Romano Zago en la región de Brasil, buscó la planta del aloe vera y se dedicó a estudiarla a ver si esta podía funcionar para curar el cáncer y pues la verdad es que descubrió que eficazmente esta planta lo lograba.
Esta información la publicó en el libro “Cancer can be cured” o en español como “El cáncer puede ser curado”.
Este padre desde el momento de este descubrimiento se mudó a Belén y allí ha curado a varias personas que han padecido de cáncer de colon, próstata, cerebro, cáncer de hueseo e incluso la leucemia.