Qué significan las pesadillas mas frecuentes



Esa sensación horrible de despertar en medio de la noche agitado, con la respiración entrecortada, llorando, temiendo lo peor lo producen las pesadillas. La angustia y los malos presagios no te dejan volver a dormir y continuan el día siguiente.
La teoría freudiana indica que lo que soñamos son aquellos conflictos o traumas que aún no hemos asumido o resuelto. Por su parte, los neurocientíficos afirman que cuando soñamos estamos organizando toda la información que aprendimos el día anterior y que también nos sirve para solucionar algunos problemas que nos preocupan.
El contenido de los sueños cambia de una persona a la otra, sin embargo, en su esencia, no difieren en lo absoluto, sobre todo, cuando se trata de las pesadillas, que a nadie le gustan en lo absoluto.

¿Qué significado tienen las pesadillas?

Como se decía anteriormente, las pesadillas cambian entre los soñadores, pero siempre hay algunos puntos en común. Estas son las más frecuentes, con su significado:
-Ser perseguido: No importa por quién, la cuestión es que se encuentran en una situación donde no pueden escapar de la persecución de alguien. Este es un claro signo de sentirse abrumado, estresado o bien queriendo evitar un problema o confrontación. Esto quiere decir que se teme enfrentar algunas situaciones que implicarán un cambio importante, como ser una separación, una renuncia o revelar cierta información a los demás.
-Estar desnudo en público: Es una pesadilla muy frecuente y no entendemos bien por qué. Básicamente, porque nos sentimos vulnerables, no tenemos secretos, no ocultamos nada. También puede deberse a que estamos en una situación donde no nos adaptamos o creemos que no podemos enfrentar cierta circunstancia.
-Perderse: No importa el escenario, la variable de estar perdido no cambia. Es una pesadilla muy recurrente en los niños pero se puede presentar a cualquier edad. Suele indicar que esa persona siente que no tiene un control sobre su vida, no sabe cuál dirección tomar, qué decisión es la más adecuada, tiene miedo del futuro, no conoce la salida. También aparece este mal sueño cuando es preciso sacar una conclusión, decidir entre dos o más cuestiones, dar una respuesta a un trabajo, etc. En todos los casos, considera que no es capaz de llegar al final del asunto o no reconoce cuál es la mejor alternativa.
-Caer: No siempre es una pesadilla “con todas las letras” ya que puede ocurrir en el momento exacto en que dejamos la vigilia y pasamos al sueño. Despertamos con una sensación extraña, el corazón palpita más rápido, nuestra respiración puede estar entrecortada, pero estamos en el mismo sitio donde nos hemos acostado, no cayendo de una montaña, un edificio o un avión. Esta pesadilla se repite muchas veces en la vida, porque indica que tenemos mucho miedo a perder el control. También puede deberse a que no tenemos “nada dado por sentado” a lo que aferrarnos. Implica indefensión y hasta miedo a la muerte.
-Ahogarse: Puede aparecer de diferentes formas, aunque la pesadilla clásica hace referencia al agua. Puede ocurrir en un lugar sin oxígeno, donde no tenemos la posibilidad de salir. Indica que nos senitmos abrumados, porque quizás nos estamos esforzando mucho en un proyecto y no logramos ver aún los resultados. Aparece cuando vivimos una situación angustiante de la que no hallamos salida en lo inmediato. Nos puede indicar a su vez que es tiempo de hacer un “stop” en nuestra rutina, que nos está agobiando. En el caso de los niños, puede deberse a padres demasiado severos o sobreprotectores.
-Ser atacado: esta pesadilla refleja nuestro miedo a la reacción, es decir, cómo actuaremos ante diferentes situaciones. No es un temor a la violencia física en si, sino a la crítica, al rechazo, al aislamiento, a la soledad, a que alguien nos lastime. No siempre es el protagonista del sueño al que le tememos, o sea, no el que nos ataca en realidad, sino lo que eso conlleva.
-Perder los dientes: Implica la sensación de no tener control sobre nuestra vida. Lo más usual es que tengamos esta pesadilla cuando nos sentimos avergonzados o en un sitio inadecuado. Se vincula a la percepción corporal, no ser atractivos o no estar a la altura de las circunstancias.

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