Las moras nutricionalmente contienen vitaminas C, E, A, y K, y los minerales magnesio, potasio, manganeso, cobre, y antioxidantes tales como el ácido elágico.
Las moras contienen potentes agentes anticancerígenos haciéndolas una de las frutas principales ORAC disponibles y una de las mejores frutas que se pueden comer para ayudar a prevenir el cáncer. Las antocianinas de las moras (que les dan su color oscuro) tienen la capacidad de reducir significativamente la inflamación, lo que beneficia con las enfermedades autoinmunes y enfermedades cardiovasculares.
Los fitoestrógenos de las moras ayudan a prevenir el cáncer de mama y de cuello uterino y pueden aliviar los síntomas relacionados con el estrógeno, como el síndrome premenstrual, la distensión abdominal, los antojos de alimentos, y los sofocos. También contienen ácido salicílico que puede inhibir la aterosclerosis y proteger contra enfermedades del corazón de manera similar a la forma en que lo hace la aspirina.
Las moras pueden ayudar a mejorar la vista y ayudar a prevenir la degeneración macular. El alto contenido de vitamina C que tienen las moras apoyan en gran medida el sistema inmunológico, ayuda en la capacidad para combatir infecciones, y proporciona potentes beneficios contra el envejecimiento.
El alto contenido en fibra que poseen las moras favorece la digestión y la asimilación y ayuda a mantener la regularidad intestinal, lo que disminuye el riesgo de padecer cáncer de colon.
Prepárese un simple desayuno con un cuenco de moras rociadas con un poco de miel cruda, y una pizca de coco rallado. Este delicioso desayuno es antioxidante y le dará energía y alimentará tanto a su cuerpo como a su mente.