Adicción: presta atención (salud)


Tenía 15 años cuando probó su primer y último cigarrillo. La sensación que obtuvo fue de un profundo rechazo. Algo en su cerebro lo rechazó intensamente.
Es el testimonio de Nora Volkow, una de las más destacadas investigadoras sobre la adicción a las drogas y directora del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas (NIDA).
No cree que su disgusto por los cigarrillos tuviera nada que ver con la moral o el autocontrol. Dice que fue sólo una reacción natural. La estimulación adicional proporcionada por la nicotina fue, simplemente, demasiado para ella. “Yo, probablemente, nací así. Estoy muy protegida contra las drogas. Es mi neurobiología, y tengo suerte.”
Ella es un ejemplo de una de sus teorías más interesantes: que la adicción surge a causa de un mal funcionamiento del deseo humano en buscar la estimulación.
Volkow piensa que las drogas y otros hábitos adictivos aprovechan una de las fuerzas más profundas dentro de nosotros, nuestra ansia por encontrar nuevas estimulaciones, nuestro anhelo de vitalidad y la emoción profunda de estar vivo. “Todos buscamos la intensidad. Es algo muy poderoso.”
Volkow y otros investigadores están desarrollando una nueva comprensión de la adicción. La dopamina inunda de placer nuestro cerebro y “pulsa un interruptor en nuestro cerebro” que centra nuestra atención en aquello que nos ha proporcionado tal placer. Esto hace que creamos que esa sustancia es necesaria para nuestra supervivencia. El papel de la dopamina es gritar: “¡Hey, pon atención a esto!”
Así que, tal vez, una persona se convierte en adicta no sólo porque persigue un buen momento. Tal vez el cerebro, de alguna manera, ha aprendido equivocadamente que las drogas son las cosas más importantes a las que prestar atención, cruciales para la supervivencia como la comida o el sexo.

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