La Chía es una planta que se da en Centroamérica y ha ido creando una gran fama por los numerosos beneficios que aporta a la salud humana.
De la Chía lo que se consume en sí es su semilla que tiene propiedades nutrimentales como el boro, calcio, omega 3 y una variedad de vitaminas.En México la Chía es consumida en conjunto con alimentos y aguas frescas, puesto que se considera que esta semilla brinda una gran cantidad de energía, fuerza y resistencia; además, ayuda a regular los niveles de azúcar.
La Chía ha alcanzado su mayor grado de popularidad debido a su acción expansiva que permite sentir saciedad durante horas ayudando a la pérdida de peso. He aquí el problema del que se hace la principal advertencia sobre esta semilla.
Rebecca Rawl especialista en salud pública ha publicado un artículo titulado “El impacto de la semilla de Chía en el esófago” dicho artículo puede ser encontrado en el blog del Colegio Americano de Gastroenterología.
La Chía puede absorber y expandir 27 veces su peso en agua, es por eso que los pacientes con antecedentes de problemas en la deglución de alimentos o el mal conocido como reflujo no deben de tomarse a la ligera el consumo de este producto.
La Chía se debe de consumir solamente hasta que se ha remojado lo suficiente para provocar la expansión total de la semilla y evitar así que esta se expanda dentro del esófago causando así un atasco en él. Si el esófago ya se ha atascado con las semillas, la extracción de estas puede ser muy complicado y sería necesaria la intervención de herramientas de extracción endoscópica.
En pocas palabras las semillas de Chía nunca deben ser ingeridas en seco, puesto que cuando se expanden se pueden atorar en el esófago.