Los lentes de contacto ya sean desechables, de uso prolongado, blandos, duros, permeables al gas, etc.son muy utilizados en la actualidad.
Muchos prefieren usarlos porque los consideran más cómodos y menos molestos que las monturas tradicionales de aro.
Sin embargo, es importante antes de comprarlos conocer sus pros y contras.
Ventajas
■ Fácil mantenimiento. Ya sean blandos o un poco más rígidos, los lentes de contacto son de fácil cuidado y preservación; únicamente deben lubricarse por un mínimo de seis horas antes de volverse a utilizar. Además, es necesario cambiar el líquido cada vez que se vayan a guardar, para prevenir infecciones.
■ Comodidad. Son prácticos para aquellos que realizan algún deporte, o simplemente tienen resistencia a las monturas; su uso les permite efectuar sus actividades físicas sin tener ninguna limitante.
■ Mejor visión. Al ir directamente en la pupila, no limitan la visión de la persona; es decir, brindan un mejor campo visual y garantizan una perspectiva más amplia en las zonas periféricas, con una mayor nitidez y profundidad.
■ Estética. Estos lentes son perfectos para quienes sienten aversión hacia las monturas, ya que al utilizarlos no se notan, ni se aprecian cambios en la apariencia.
Desventajas
■ Infecciones. Al colocarlos o retirarlos utilizando los dedos y sin lavarse las manos previamente, fácilmente se puede contaminar el área y dar pie a enfermedades oculares constantes. Por esto, se debe tener extrema pulcritud al momento de entrar en contacto con ellos.
■ Problemas de la córnea. Visión borrosa, inflamación de los párpados y ojos, son síntomas de que posiblemente la salud de la córnea está siendo quebrantada por la falta de oxígeno en la zona. El uso prolongado de las lentillas puede generar rasguños, raspaduras, e incluso cambiar la forma natural de la córnea.
■ Ojos resecos. En ocasiones se presenta una sensación de resequedad en el glóbulo ocular; esto se debe a la ausencia de lágrimas, sustancias que lubrican y contienen antibióticos para combatir las infecciones; al no estar presentes, se pueden experimentar altas temperaturas, enrojecimiento, picazón, comezón o lagrimeo, entre otras molestias.
■ Alergias. Puede que algunas personas tengan esta reacción, que se denota fácilmente al experimentar un enrojecimiento exagerado cuando se colocan. En muchos casos, esto proviene del material con que están hechos los lentes, e incluso la misma solución con la que los preservan.
Recomendaciones
Si los lentes le están molestando, se recomienda lo siguiente:
Quítese el lente. Si se talla el ojo en un intento por sacar cualquier basurita, pero no se quita el lente, aumentará la irritación e incluso podría provocar una infección en sus ojos. Al molestarle un lente, quíteselo.
Enjuague, limpie y (si se puede) vuelva a colocar. Al colocar nuevamente un lente sucio en el ojo, quizá ni siquiera se haya desecho de lo que le entró y podría originarle una infección. Por ello, asegúrese de limpiarlo bien con una solución salina esterilizada. Recuerde, las bacterias viven en el agua y la destilada no es esterilizada.
Asegúrese de que se ha puesto el lente correctamente. Un lente blando invertido (colocado con la curva convexa contra el ojo) le molestará. Es obvio, pero sucede con mucha frecuencia, sobre todo si lleva prisa o es la primera vez que los usa. Los lentes blandos de contacto son precisamente para que no se sientan incómodos. Usted inmediatamente sabrá que se lo ha colocado mal cuando sienta mucha molestia er» el ojo. Quíteselo y constate si está bien colocado.
¿Lente derecho, ojo derecho? También llega a suceder que sienta los lentes bien, mas tiene la vista nublada, si es así constate si el lente izquierdo está en el ojo izquierdo y si el derecho está en el que le corresponde.
De seguir teniendo la misma molestia, quítese los lentes, pues podrían haber acumulado depósitos de proteína: dan la impresión de que se está viendo a través de un parabrisas chorreado. Cuando se han formado esos depósitos en sus lentes, es inútil limpiarlos. Tendrá que comprar otro par. El proceso de acumulación puede tardar meses o años, dependiendo, entre otros factores, de su grado de cuidado. Las personas alérgicas forman depósitos antes. Lo mismo ocurre con las que no son tan meticulosas para limpiar sus lentes.
Busque basuritas. Las pestañas, los trocitos de maquillaje, la mugre, la arena o incluso los bichitos al entrar en el ojo provocan molestias severas cuando se usan lentes de contacto. Para sacar al intruso, quítese el lente, enjuagúese el ojo y el lente con una solución salina esterilizada y vuelva a colocarlo.
Refresque con lágrimas artificiales. Estas rehumectarán su ojo y contribuirán a sacar la basurita que no puede ver.
Si le sigue molestando, vuelva a quitárselo. Si usted no se quita el lente del lado donde se produce la molestia, éste podría raspar la córnea, es decir, la parte del frente del ojo. Las cortadas y los rasguños son muy dolorosos. Además, llegan a convertirse en una infección secundaria y producir cicatrices que desembocarán en una visión muy borrosa. Al quitar el lente, el ojo se debe sentir bien. De lo contrario, no vuelva a colocarlo.
El dolor o la molestia deben desaparecer en un plazo de 30 minutos, si no es así, de inmediato, haga una cita con su oftalmólogo con el objetivo de descartar problemas serios como las infecciones de la cornea, previene la doctora Asbell. Es aconsejable llevar siempre un par de anteojos en su estuche, por si se presentara un caso como este.
Cómo encontrar un lente perdido
Realmente es imposible que un lente se pierda en su ojo. Una membrana gruesa, llamada conjuntiva, evita que éste se deslice hacia atrás del ojo y llegue al cerebro. Sin embargo, sí pueden resbalarse de la córnea y perderse en el párpado superior, donde parece como si se hubieran perdido.
Usted tal vez tenga que intentar más de una táctica para recuperar al lente pródigo. Esto es lo que debe hacer, y en este mismo orden.
Vuelva a mojarse el ojo. Una o dos gotas de lágrimas artificiales le ayudarán a despegar el lente, sobre todo si su ojo está reseco.
Ejerza una presión suave. Si su lente se ha resbalado de la córnea hacia la parte más plana del globo del ojo, no meta el dedo. Cierre el ojo, ejerza un poco de presión sobre el lente que está abajo del párpado y guíelo de nueva cuenta a la córnea, que por ser más curva, lo mantiene en su lugar.
Consulte a la oftalmóloga si usa lentes de contacto y experimenta cualquiera de estos síntomas a pesar de haber seguido las recomendaciones arriba expuestas.
• Enrojecimiento persistente o irritación.
• Dolor.
• Vista borrosa.
• Pérdida de vista.
• Ojos llorosos.
• Enrojecimiento persistente o irritación.
• Dolor.
• Vista borrosa.
• Pérdida de vista.
• Ojos llorosos.