10 cosas que me transformaron en mejor persona


Echando la vista atrás he de confesar que me veo a mi mismo y creo que antes era bastante más estúpido de lo que lo soy ahora (estúpido por no decir otra cosa que empieza por `ca´ y termina con `pullo´)… creo que especialmente en los últimos cinco años he conseguido mejorar como persona y que ha sido gracias a la combinación de lo que enumero en esta entrada:


1 – Equivocarme y meter la pata “hasta el fondo”. Es algo que me ha hecho ser más humilde y más tolerante con los errores de los demás. Sigo siendo un perfeccionista en lo laboral, me gustan las cosas no bien hechas sino muy bien hechas (puede que a veces más allá de lo rentable)… y aun procurando ser  extremadamente cuidadoso y responsable en mi trabajo, en varias ocasiones me he equivocado estrepitosamente, sin capacidad de escurrir el bulto ni culpar a otra persona. Digerir esos errores y asumir mi falibidad como ser humano me han hecho mejor.


2 – Fracasar. He iniciado varios proyectos que no han terminado en nada, que he tenido que abandonar porque con ellos sólo malgastaba tiempo y dinero, proyectos que inicié con ilusión y que al final han caido por su propio peso o por mi propia ineptitud, falta de liderazgo o apatía.


3 – No conseguir ser millonario. No sé exáctamente cual es la raiz de este tema pero yo pensaba que me iba a hacer millonario, no era algo que soñara sino que era algo que daba por supuesto… de hecho posponía muchas cosas en mi vida para cuando llegara aquel momento. Creo que fue a los 33 años cuando sufrí una revelación: “…a lo mejor no triunfas nunca… y si eso sucede, vas a a estar completamente solo y bastante cascado a nivel de salud“. A raiz de esa reflexión volvi a cuidarme más, retomé el deporte e incluso consegui casarme y tener hijos.


4 – Ser padre de una hija. Había un estudio por ahí que decía que los padres de hijas eran mejores jefes… y entiendo muy bien el porqué. Yo soy el pequeño de mi casa y tengo dos hermanas… y eso nunca me hizo ser más “empático” con el genero femenino. Hay una edad, tal vez al principio de la adolescencia donde el corazón se te empieza a hacer duro como una piedra, en cierta manera te inhumanizas para sobrellevar todo mejor… luego te enamoras, parece que algo empieza a cambiar en ti, te rompes el corazón, la desilusión, frío, luego otro amor, ilusión, desengaño, haces también tu daño a alguna que otra persona… a la edad a la que conocí a mi mujer, uno ya vas con la mano en la palanca del freno por lo que pueda pasar. Entonces tienes una hija y a los pocos días ya estás perdídamente enamorado de ella, y sabes que antes o después todo terminará, pero hasta que ese momento llegue vas a quererla con todo lo que tengas dentro… y eso te cambia como persona.


5 – Sentirme vulnerable. Cuando estás soltero y sin hijos sientes que siempre puedes hacer las maletas y salir a buscarte la vida en otro lado, de otra manera, en otro entorno, otra ciudad, otro país, estudiar algo distinto y probar suerte. Con una familia, niños pequeños y muchos gastos fijos ya no te sientes tan ligero, tienes que pensar en el trabajo de tu mujer, en el cambio de ambiente para los peques, las guarderías, los colegios, las cartillas de vacunación… Especialmente cuando son muy pequeños como en el momento en que yo vivo te sientes muy vulnerable, no tanto por ti sino por los que te rodean y quieres. Acostumbrado a no pedir nada a nadie, a intentar ser independiente y autosuficiente, necesitar y tener que pedir en ocasiones ayuda es algo nuevo para ti.


6 – Mis mayores éxitos fueron producto de la suerte. Por ejemplo conocer a mi mujer y tener con ella dos hijos estupendos… fue de pura casualidad, habría bastado que “media” mariposa hubiese batido sus alas en Coslada para que nada de eso hubiera ocurrido. Aunque lo intenté nunca encontré el lugar y la forma de conocer a chicas estupendas, siempre fue algo que se me dio bastante mal… mientras que a otros parecía resultarles bastante sencillo.
En lo profesional, he trabajado un montón… pero de nuevo mis éxitos más relevantes sería más acertado achacarlos al azar, a estar en el sitio correcto en el momento correcto, que a algo intrínsecamente talentoso o especial en mi persona. Simplemente he tenido mucha suerte… así que lo miro todo con una mezcla de humildad y relatividad.

7 – Apreciando de corazón a la gente que me rodea, especialmente aquella con la que trabajo. De nuevo no sé si es producto de la suerte, o que todo el mundo en general es bueno o que ahora ya casado, con hijos y menos inseguridades por fin he conseguido ver la vida y sobre todo a la gente que me rodea de otra manera.
En lugar de enemigos, rivales, competidores, obstáculos, piedras en el camino… ahora lo que encuentro a mi alrededor es en general buena gente, personas que se esfuerzan en su trabajo, que me tratan con respeto y aprecio, ante lo cual no puedo por menos que corresponder intentando ayudar de cualquier manera posible dentro de mis capacidades. Cuando se termina un proyecto, o alguien le cambian de puesto y ya pierdo esa “excusa” para tratar con esa persona de manera regular, la verdad es que lo paso mal porque me da mucha pena y los echo de menos… a veces les digo “a ver si se te ocurre algo y consigues que nos contraten para haceros algo chulo y así nos vemos más“, lo que puede sonar a `marketing cutrón´ mezclado con `chantaje emocional´… pero la verdad es esa, me gustaría tener una excusa para seguir teniendo contacto con ellos como lo hacíamos antes. Aunque bueno, recientemente he descubierto que también puedes quedar con ellos para desayunar o comer, no es lo mismo porque es esporádico… pero algo es algo.

8 – Trabajar en equipo 8 años con la misma persona. Mi querido Félix y yo ya somos como una pareja de abueletes cascarrabias, con nuestros chascarrillos, historietas y chistes facilones… no pasa semana sin que él “me mande a la mierda” un par de veces y sin que yo proteste porque “se queja mucho” o le acuse de ser demasiadoGuerrero de la Carretera, con lo bueno y con malo. Por su salud me gustaría que no comiera dos barras de pan al día… pero supongo que dejará de hacerlo cuando a él le de la real gana (estuvimos viviendo y trabajando juntos medio año en Madrid… y ni Pablo ni yo conseguimos que nos acompañara nunca al cine ni a comer al chino). Trabajar codo con codo con una persona tanto tiempo termina siendo como lo de los policías de las películas, ambos hemos tenido que pulir aspectos de nuestro carácter (especialmente yo) para conseguir convivir sin tirarnos los trastos a la cabeza.


9 – Ser tío y tener sobrinos. Algo que me he tomado muy en serio desde siempre, tal vez porque con mis propios tíos nunca tuve una relación para echar cohetes y siempre envidiaba a mis amigos que tenían “tíos guays” que tocaban la guitarra o les llevaban a sitios chulos. Ser tío es toda una responsabilidad… supone gestionar a cada sobrino con su propio timing, entender cuando es demasiado pronto e intentar que no sea demasiado tarde. Con algunos sobrinos me está saliendo mejor que con otros, pero darme tiempo… espero terminar ganándomelos a todos, me tomaría muy a pecho cualquier fracaso en ese aspecto.


10 – Tener un blog y compartir todo lo que sé (incluso mi ignorancia). Un día hace ya casi 30 años jugando en el PC de mi casa al Barbarian descubrimos que mi ordenador podía emitir el juego en colores reales (con el tiempo entendí que al parecer mi padre no se había conformado con una tarjeta gráfica Hércules o CGA… había tirado la casa por la ventana y comprado un ordenador con tarjeta EGA, muy escasas en aquella época… cuando las VGA todavía ni existían).
Asombrado por la maravilla que suponía no tener que estar limitado a los monótonos y aburridos colores pastel, una enorme alegría recorrió mi cuerpo al tiempo que brotaba de mi interior mi faceta más mezquina “Pablo, que no se entere nadie… será nuestro secreto“… y es que no me bastaba que yo pudiera disfrutar de esos espectaculares 16 colores en la comodidad de mi casa como si estuviera en un recreativo… necesitaba que nadie más pudiera disfrutar de ello.
Pablo por supuesto se río de mi en mi cara ante lo absurdo de mi propuesta, primero porque siempre ha tenido mejor fondo que yo y segundo porque ya por aquel entonces él entendía a la perfección que no es que hubiéramos encontrado un “bug secreto” en el programa, simplemente es que mi ordenador era mejor que standard de la época.
De aquel niño que ocultaba sus hallazgos con recelo, a la persona que firma esta entrada y que intenta compartir aquí todo lo que va aprendiendo y descubriendo ha pasado mucho tiempo… y este blog ha sido motor y testigo de ese cambio en mi.
Supongo que me dejo muchas cosas por el camino… no están todas las que son pero si son todas las que están. Miro hacia adelante y veo que aun me queda muchísimo por mejorar: tengo que ser más educado, más paciente, más calmado, mejor persona, mejor marido, un padre más formado, retomar mi faceta espiritual (venga por donde venga), aprender a perdonar, aprender a pedir ayuda, un montón de cosas, a amar mejor… a ver si tengo suerte y vivo suficiente para recorrer todos esos caminos.











Articulos mas vistos de la semana

Artículos más vistos del mes