Katherine nos cuenta su experiencia lavándose el cabello con vinagre de manzana y bicarbonato por 18 meses.
Todo comenzó cuando vio a una amiga que tenía el cabello especialmente brillante y sedoso. Le preguntó cuál era su secreto y ella le respondió que simplemente había dejado de utilizar champú. Poco después, cuando vio que otras amigas también lo estaban probando le propuso a otra editora de su trabajo hacer el desafío “sin champú” durante un
mes. ¿Las reglas? Claramente no podrían utilizar champú ni acondicionador, y sólo podrían lavárselo con vinagre de cidra de manzana y bicarbonato de sodio. Mientras su colega, Margaret, fue más extrema y simplemente eliminó el champú y todo tipo de producto para el cabello, de raíz –sólo lo enjuagó con bicarbonato a los 20 días–, Katherine decidió lavarlo cuando lo sintiera sucio –más o menos cada 4-5 días–.
“Ha pasado un año y medio desde que con mi editora en Treehugger nos propusimos hacer lo impensable –dejar de usar champú durante un mes–. Acepté el desafío porque era enero y pensé que podría usar un gorro todo el tiempo si las cosas salían realmente mal“, comienza su relato Katherine. “Al final del mes, comparamos notas. A Margaret no le gustó. Lavar su cabello sólo con agua fue demasiado drástico y su cabello nunca se ajustó a la falta de champú. Yo, por otro lado, amé los resultados que obtuve y no quise parar”, continúa. Katherine lo tenía claro, seguiría utilizando este método y nunca más volvería al champú.
Katherine Martinko
Ahora lleva 18 meses lavando su cabello con bicarbonato de sodio y vinagre de manzana, y dice: “Mi cabello sólo ha mejorado con el paso del tiempo. Sólo una vez que viajé a Brasil volví a usar Champú, en parte porque tenía curiosidad de comparar lo que ocurriría después de haberlo dejado por tanto tiempo y porque era más fácil viajar con una botella de champú que con un misterioso polvo blanco y una botella con olor a vinagre en la maleta. Fue muy interesante ver la diferencia”.
Katherine cuenta que al volver a usar champú su pelo se volvió más opaco, tenía más frizz y que le tomó un par de días a lo aceites naturales del cabello acostumbrarse y calmar las hebras. Para ese entonces, su cabello se sentía y se veía grasoso y tenía que lavarlo cada 2-3 días. “Era imposible pasar del tercer día sin verme horrible”, cuenta.
“Tan pronto cuando volví a Canadá, volví a utilizar bicarbonato de sodio y vinagre y estuve aliviada de ver que mi cabello había vuelto a su anterior forma fácil de manejar y de bajo mantenimiento. Como el bicarbonato de sodio se limita a absorber el exceso de aceite, no quita al cabello sus aceites naturales con cada lavado y no hace que el pelo se sienta reseco y con frizz; el vinagre de sidra de manzana lo deja más sedoso, suave y manejable. Do tengo que esperar un día y esperar a despertar por la mañana antes de que pueda peinarlo y darle forma como tenía que hacer con el champú”, dice Katherine que destaca que su cabello no se pone grasoso rápidamente y que recién para el cuatro día comienza a verse un poco más brilloso pero no se siente en el cuero cabelludo. En ese punto ella lo lava con una fórmula casera de champú seco con polvo de arruruz o maicena, y algunas gotas de aceite esencial de lavanda, que absorbe el exceso de aceite y le permite mantener su cabello sin lavar por 1 o 2 días más.
Pero su cabello no es el único que ha experimentado beneficios, sino que su billetera también. Este método es mucho más económico que el champú natural que compraba antes y su basura es menor. Katherine recomienda a ojos cerrados su método que describe así:
- 1. Usa 1 a 2 cucharadas de bicarbonato de sodio, dependiendo del largo del cabello.
- 2. Luego disuelve las dos cucharadas de bicarbonato en un jarro de agua de 500 ml (1 tza. por cucharada) y lo viertes sobre tu cabeza. La clave es esparcirlo por todo el cuero cabelludo.
- 3. Enjuaga con agua y luego haz lo mismo con el aceite de manzana. 1 a 2 cucharadas disueltas en agua tibia. Lo viertes sobre tu cabeza y lo enjuagas casi de inmediato.