El salmón de piscifactorías está cargado de antibióticos y mercurio!

Los componentes de la alimentación del salmón criado incluyen comidas para peces y aceites de pescado que podrían contaminar con mercurio y dioxina, a pesar que algunos piscicultores han tratado de reducir el riesgo de contaminación por metales incluyendo proteinas de soya y maíz, además de aceite vegetal, en la dieta de los salmones. Sin embargo, normalmente administran antibióticos para mantener sanos a los salmones, lo que siempre deja algunos rastros, y el propio aceite vegetal disminuye el contenido de omega 3 en la carne del salmón.


Por otro lado, el color naranja pálido de estos salmones proviene de la astaxantina sintética con la que son alimentados y la cual proviene de petroquímicos como el carbón. Diferente la situación de los salmones salvajes que obtienen la astaxantina de forma natural, ya que es un carotenoide poderoso que se encuentra en algunas plantas y animales marinos. En su versión natural, es un grandioso antioxidante y antinflamatorio que mejora la circulación y protege las mitocondrias.

Así que para escoger el mejor salmón debes identificar su color. El recomendado es rojo brillante, es decir el que ha sido pescado en su ambiente natural, mientras que el de las piscifactorías es naranja pálido y tiene un mayor riesgo de estar contaminado por mercurio.

La mejor forma de comer salmón es en su versión ahumada, el cual sólo presenta problemas en las personas que son sensibles a la histamina (se inflama la garganta).

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