Estos microorganismo viven en nuestras camas y se alimentan de células de piel muertas y sudor. Puede provocar asma y alergias. Si apenas te levantas no arreglas la cama, los ácaros quedarán expuesto al aire fresco y la luz del sol, por lo cual se deshidratarán y morirán.
Todos sudamos mientras estamos durmiendo. Expertos consideran que el adulto promedio pierde cerca de un litro de fluidos, durante la noche, a través del sudor. Esto genera un ambiente propicio para los ácaros y en tu cama podrían haber alrededor de 1.5 millones. El insecto como tal no es peligroso sino los desperdicios que genera.
Varios científicos recomiendan que las personas no hagan su cama apenas se despiertan. Lo mejor es levantarse y realizar nuestras actividades matutinas y arreglar la cama justo antes de ir a trabajar. Es más, si es lo mismo para ti, es preferible dejar la cama justo como cuando te levantaste y arreglarla en la noche si lo deseas. Además de esto, es necesario colocar sábanas limpias aproximadamente cada dos semanas.