La transición de la mitad de la vida (lo que ocurre entre los 40 y 50 años) puede ser, para algunas personas significativa, pero, a la vez, angustiante.
Este momento es significativo porque representa muchos cambios físicos y sociales especialmente en la vida de una mujer.
Si usted llega a la mitad de su existencia y ha alcanzado las metas trazadas en su vida, tal vez se pregunte: “¿Esto es todo?” En el caso contrario, posiblemente se cuestione si alguna vez las logrará.
Si no tuvo hijos, tal vez añore la experiencia de la maternidad y si los tuvo seguramente habrán crecido y se habrán ido de casa a estas alturas de la vida. Probablemente suspendió su carrera mientras los criaba y ahora quiera volver a trabajar. Además, su relación con su pareja puede haber cambiado considerablemente. Y, actualmente, sea la responsable, por primera vez, de sus progenitores enfermos, lo que la hace reflexionar acerca de lo que le espera en el futuro en cuestión de salud.
En pocas palabras, cuando se llega a la mitad de la existencia se encuentra uno, frente a frente, con la pregunta: “¿Qué haré con el resto de mi vida?”
Esta transición llega a ser incluso más abrumadora si va acompañada de un suceso doloroso -por ejemplo, la muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo o una enfermedad peligrosa. Para algunas mujeres el cambio es verdaderamente traumático, pues origina una crisis en todos los aspectos.
No obstante, son relativamente pocas las personas que a la mitad de su existencia experimentan una auténtica crisis, según resultados de un estudio realizado en la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver. Se estima que las mujeres que verdaderamente pasan por ese momento crítico no rebasan un 10 por ciento. Sin embargo, si está pasando por ese trance las estadísticas salen sobrando. Los cambios producen mucha tensión, tanta, que en el caso de muchas mujeres un guardarropa nuevo y un romance no les satisfacen en absoluto. Analice estos consejos de las expertas.
Consejos para superar la crisis de la mitad de vida
Recuerde: usted es fuerte.Recuerde otras transiciones difíciles que ha superado antes. Para cuando llegan a su mediana edad, la mayoría de las personas ha adquirido conciencia de su Yo y de qué puede hacer bien. Tiene madurez, es decir, capacidad para tomar decisiones y manejar cambios. Se sienten más confiadas y seguras de sí mismas. Los ajustes resultan sumamente positivos.”
Consiga apoyo. El trance es doloroso, pero recuerde que el dolor muchas veces va de la mano del crecimiento. Piense que ese momento crítico es una oportunidad para crecer.
No olvide que la vida se integra de una serie de etapas. Cada fase de la existencia, dice la doctora Brooks, representa una oportunidad para concentrarse en cada uno de los aspectos (potencialmente gratificantes) que constituyen la vida de una misma. Si pasó los primeros años de su edad adulta en casa, con los niños, recuerde con satisfacción ese rol. Pero ahora tiene que decidir a qué se dedicará (¿música?, ¿literatura?) Hágalo.
Conciba un plan y anótelo. Siéntese en un lugar tranquilo y anote lo que más desea hacer en la siguiente fase de su vida. Tal vez cambiar el enfoque de su carrera hacia la vida familiar, o convertirse en madre, madre adoptiva o madrastra, o aprender otro idioma y viajar, o realizar obras de caridad, o entrar a la política.
No haga cambios revolucionarios, sino evolutivos. No eche a la borda una larga relación antes de tiempo. Cuestiónese si en verdad está insatisfecha con su matrimonio o si sólo cree estarlo debido a que otros aspectos de su existencia no la satisfacen. Cuando el problema en sí es la relación, busque asesoría para encontrar una solución satisfactoria.
Siga los mismos pasos con respecto a su empleo. Cuando éste ya no la satisfaga, pida nuevos proyectos para desarrollarlos, sugiere la doctora. En caso de que no funcione esto, un cambio de trabajo podría ser lo más apropiado: tal vez simplemente tener más intereses gratificantes en el exterior le ayudará. De cualquier manera, evite los cambios apresurados y riesgosos, porque podría lamentarse después; desde su lugar, prográmelos poco a poco.
Antes de renunciar de su trabajo actual, por ejemplo, hable con personas que laboren en el campo al cual quiere entrar, conozca las actividades que desempeñan durante algunos días, de ser posible trabaje con ellas como voluntaria en su tiempo libre.
Cuándo consultar al médico
En la medida en que sea capaz de sortear los cambios inminentes a la mitad de su vida dependerá, en parte, de cómo maneje otros cambios físicos o emocionales que están ocurriendo al mismo tiempo.
Se recomienda la intervención de una profesional si:
• Se siente abrumada por la angustia, la tensión o el sentimiento de pérdida.
• Tiene problemas para tomar decisiones, sobre todo aquellas que afectarán la siguiente fase de su vida.
• Sus amigas están preocupadas porque ya no es como era antes, tiene problemas en el trabajo, nunca quiere salir a pasear o no hace una vida normal, en general.
• Se siente abrumada por la angustia, la tensión o el sentimiento de pérdida.
• Tiene problemas para tomar decisiones, sobre todo aquellas que afectarán la siguiente fase de su vida.
• Sus amigas están preocupadas porque ya no es como era antes, tiene problemas en el trabajo, nunca quiere salir a pasear o no hace una vida normal, en general.