«Quien no haya padecido ciática, no sabe lo que es el dolor», dicen muchas personas que sufren inflamación del nervio ciático, siendo ellas las más indicadas para saberlo.
El nervio ciático es capaz de causar mayores dolores que una muela enferma, y puede hacer sufrir lo mismo que la migraña.
El nervio ciático parte de la columna vertebral en la región lumbar, recorre las nalgas, los muslos y las pantorrillas, para terminar en los pies. De él depende todo el sistema nervioso de las piernas, puesto que sin él las piernas serían insensibles, cojas y completamente inservibles. Todas las sensaciones nerviosas de las piernas son trasladadas por el nervio ciático a la columna vertebral, desde donde pasan al cerebro.
Sabemos que el punto más sensible y vulnerable de un nervio, el lugar donde hay más probabilidad de que se produzca una disfunción, es precisamente allí donde emerge de la columna vertebral.
A ese respecto, el nervio ciático no es una excepción. Cuando algo no está en orden en su punto de emergencia en la columna vertebral, tarde o temprano se produce algún daño. Por ejemplo, cuando en aquel lugar alguno de los elásticos discos salta de su anclaje intervertebral y en consecuencia atenaza al nervio ciático, o bien cuando las vértebras se deforman y desplazan. También uña infección, una intoxicación, un sobreesfuerzo o simplemente un enfriamiento pueden dar lugar a una inflamación del nervio ciático.
Esta dolencia se inicia con dolores en la región lumbar, que luego prosiguen por la región glútea, la parte posterior de los muslos, la corva, la pantorrilla y el pie. Por el camino que sigue el dolor podemos conocer el recorrido del nervio.
Los dolores, que por lo general sólo suelen producirse en una de las piernas, pueden ser de la más diversa naturaleza. Unos pacientes se quejan de desgarros, otros de punzadas, y otros de dolores taladrantes. Pero el resultado siempre es el mismo: cuando un individuo con el nervio ciático inflamado no recibe pronto alivio, con el tiempo adoptará una postura inclinada. Lo hace automáticamente, con el fin de no sobrecargar la pierna enferma.
Los principales puntos para combatir la ciática se encuentran en la espalda y en las piernas. Si progresa la dolencia, la pierna en cuestión terminará paralizada.
La ciática es la afección más frecuente de las piernas. Y desgraciadamente es un hecho que, a pesar de todos los tratamientos, siempre vuelven a producirse recaídas.
Las posibilidades de curación conocidas por la medicina son diversas. La pierna afectada puede mantenerse inmóvil y someterla a la acción del calor o de radiaciones. Pero de poco le sirve esto al paciente, porque se ve obligado a permanecer acostado todo el día con la sola esperanza de que alguna vez le desaparezcan los insoportables dolores.
También hay médicos que recetan fármacos analgésicos y antiinflamatorios en forma de pildoras, gotas o inyecciones.
También hay médicos que recetan fármacos analgésicos y antiinflamatorios en forma de pildoras, gotas o inyecciones.
En este sentido han demostrado ser eficaces la novocaína, la procaína y la vitamina métodos que sólo sirven para calmar o hacer desaparecer el dolor, pero no curan definitivamente la enfermedad y, además, tienen la desventaja de que con el tiempo el cuerpo del paciente acaba literalmente repleto de medicamentos.
De esta forma se va embotando y necesita dosis cada vez más fuertes para dominar el dolor, hasta que acaba inexorablemente intoxicado, resultado inevitable de la administración prolongada de cualquier fármaco. Citando el refranero popular, podríamos decir que aquel que emplea los fármacos para combatir la ciática, «saltó de la sartén y dio en las brasas».
La primera vez que un paciente aquejado ;de ciática acude al médico y le cuenta sus dolencias, es preciso establecer un diag-., nóstico, puesto que el .facultativo ha de tenepla certeza de que se”trata del nervio ciático y1 no, por ejemplo, de reuma. Existe un método sencillo para determinar si se trata del nervio ciático, y la mayoría de los médicos lo emplean:, con el pulgar u otro dedo presionan con fuerza tres puntos muy concretos.
Primero el pliegue de la piel justo debajo de las nalgas, luego el centro de la corva, y por último el punto medio entre la parte exterior del tobillo y el talón’.’ Si realmente se trata de una inflamación del nervio ciático, el paciente se contrae de dolor en los tres puntos mencionados, pues en cada uno de ellos tiene la sensación de ser cortado con un cuchillo. Y al tocar cualquiera de estos tres puntos, el dolor recorre toda la pierna.
Y he aquí que. todo médico que emplea este método, de hecho está’ practicando la digitopuntura. Y generalmente sin tener conciencia de ello, puesto que de hecho lo hace para el diagnóstico. La digitopuntura china, sin embargo, da un paso más.
No sólo da masajes a los citados tres puntos a efectos de diagnóstico, sino también para eliminar los dolores. Y para ello no tiene usted necesidad de acudir expresamente al médico. Si padece de ciática, puede tratarla en su propia casa y sin ingerir pildora alguna.
El primer paso, para aplicar el remedio para la ciática, consiste en hallar los puntos exactos en el pliegue de piel bajo las nalgas, en la corva y en el pie. Lo mejor es hacerlo igual que el médico: apretando con fuerza. Así se descubren los puntos buscados.
Para el tratamiento ulterior ya no hace falta apretar con fuerza, pues existen otras dos posibilidades. O bien se dan ligeros golpecitos con la yema de los dedos en los tres puntos indicados, o bien se coloca con suavidad la punta del dedo sobre la piel y se efectúan movimientos circulares.
En la mayoría de los casos basta con un tratamiento de treinta segundos por punto para librarse de los dolores que le aquejan a uno en aquel instante. No importa el orden a seguir, aunque muchos médicos chinos recomiendan comenzar con aquel punto que reaccione con mayor dolor a la presión.
La digitopuntura todavía conoce otros puntos útiles para el tratamiento de la ciática. Están situados en el extremo inferior de la columna vertebral, es decir, junto al coxis. Para poder tratar estos puntos es preciso colocar la mano sobre la espalda, y con los cuatro dedos se efectuarán movimientos circulares, apretando la piel contra el hueso y moviéndola de un lado a otro.
Teniendo en cuenta que los dolores de ciática suelen producirse únicamente en una de las piernas, basta con tratar la pierna afectada. No obstante, en algunos casos el tratamiento de ambas piernas resulta más agradable y eficaz.
La digitopuntura no es capaz de curar de una vez por todas una inflamación del nervio ciático, pero sí consigue que se libre usted de los dolores sin tener que echar mano de medicamentos.