Por cosas así hay gente que prefiere beber leche de almendra. ¿El problema? Que una empresa europea conocida como Alpro, en un reciente análisis, ha descubierto que la almendra sólo hace un total del 2%. Y sí, estamos hablando de leches de almendra que podemos encontrar en nuestro supermercado, que hemos podido haber comprado, y que seguramente -encima- hayamos pagado bastante dinero por ese envase de leche de almendra.
Comprar “leche de almendras” y que contenga sólo un 2% de almendras es… bueno, creo que eso lo dice todo. ¿Dónde está el 98% restante de leche? Lo mejor es no comprar leche de almendras núnca más en un supermercado, y hacerse la suya. Porque hacer leche de almendras es tan fácil como tener almendras y agua, nada más. Así de sencillo y así de natural, por eso es inexplicable que tanto en Europa como USA, siendo también un 2% de almendra, el total utilizado para la fabricación standard dentro de la industria de productores de leche de este tipo.
¿Qué es el 98% de leche restante?
Pues… como no, resultan ser otros componentes e ingredientes no-tan-naturales. Y es que, a no ser que compres leche de almendras directamente de una persona con pintas de hippie en un mercado bio de verano en Ibiza… no puedes esperar que una empresa multinacional que factura millones en el mercado de leche de almendra… pues cumpla con un mínimo de ética y piense realmente en el consumidor, y no en ellos mismos y mantener sus beneficios vendiendo el “fast food” de la leche.
Una manera de sacar lo máximo de nuestras almendra con las que hacer leche en casa, sería dejar las almendras en remojo durante la noche previa a la realización del “batido”. Eso hace que la enzimas se activen, y “germine” la almendra. Haciendo que nuestra leche de almendra consiga el máximo sabor y beneficios saludables a la par que naturales.
Olvídate de comprar leche de almendra, compra almendras y compra agua mineral si lo prefieres antes que el grifo. Tendrás una leche de almendra pura sin cortar por ningún químico. No a las mafias de las empresas de leche de almendra. Sí a lo ecológico!